La reducción de la desigualdad como motor del crecimiento.

 El pasado lunes 21 de marzo, los estudiantes del Máster in Business Management (MBM) tuvimos la oportunidad de atender a una mesa redonda en la que tres profesionales de diferentes sectores hablaban sobre la desigualdad en la actualidad, cómo esta puede afectar al desarrollo de las personas y sociedades, y qué podemos hacer desde la empresa y el individuo para combatirla. 

“Vivimos en un mundo, pero no todos vamos en el mismo barco. Unos viajamos en crucero mientras que otros van en pateras”. 

Esta es una de las frases con las que Pilar de la Vega, Ex-Presidenta de Unicef Aragón y Ex-Consejera de Educación y Cultura, dio comienzo a su intervención y que creo que representa a la perfección la realidad de la que estuvimos hablando. A fin de cuentas, la desigualdad no es otra cosa que precisamente eso, la diferencia de oportunidades con las que nos encontramos las personas para vivir en un mundo que nos exige a todos lo mismo. 

También quiso recalcar que no es necesario ver a gente sin techo durmiendo en las calles de Madrid para empezar a pensar que igual existe una desigualdad en la sociedad. Ni pensar en países menos desarrollados en los que los ciudadanos tienen menos oportunidades que nosotros. Pilar de la Vega aportó gran cantidad de datos sacados de estudios que demostraron que hay familias españolas que no están teniendo las mismas oportunidades para criar a sus hijos que el resto, por motivos de índole económica, social, de género y un largo etcétera. 

Lo que más me interesó fue la reflexión que compartieron los tres participantes de esta charla sobra la infancia. Todos ellos coincidieron en la importancia que tiene asegurar la igualdad entre los niños, ya que las posibilidades de desarrollo en la educación permitirán a estos niños convertirse en mujeres y hombres competentes en el futuro y capaces de proteger esta igualdad para que la disfruten generaciones futuras. 

Comentaron también que la educación académica está completamente unida con la educación cívica, por lo que puede ser tan peligroso el individualismo y es tan importante el compromiso cívico. Si cada uno de nosotros solo se preocupa de si mismo, está fallando a la sociedad, ya que no defender la educación de los de al lado solo va a acabar perjudicándole a él. 

Teniendo en cuenta entonces la importancia de la educación y de la igualdad desde la infancia, es obvio entender la necesidad de que las familias pasen el tiempo necesario en casa para poder ser responsables de la educación de los niños. 

Aquí es donde entran en juego las medidas que las empresas pueden tomar para luchar contra la desigualdad y así trabajar por una sociedad más justa. 

Los tres participantes volvieron a coincidir cuando comentaron que las medidas básicas que toda empresa debe implementar son los salarios justos y la conciliación laboral. Necesitamos que los padres lleguen a casa con suficiente energía y dinero para puedan dedicar tiempo y esfuerzo, no solo en criar, sino también en educar a sus hijos. 

Finalmente, me gustaría terminar con otra frase que Pilar de la Vega nos regaló y que creo que define a la perfección el objetivo de esta mesa redonda. 

“Justicia es igual a igualdad cuando esta se entiende más allá del individualismo”. 

No consiste en tratar a todo el mundo por igual, sino en asegurar que todos tenemos las mismas oportunidades, aún cuando esto implique tratar diferente a quien sea desigual. 

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